Conozca Santa Clara
Santa Clara es una tranquila ciudad de interior a 270 km de La Habana. Es la capital de la provincia de Villa Clara y fue fundada el 15 de julio de 1689. Es la ciudad con más esperanza de vida del país, con más de 75 años. Al norte de la ciudad se encuentran Remedios y la Cayería Norte, que es un importante destino turístico, y al sur limita con el macizo montañoso de Guamuaya con las montañas del Escambray, como comúnmente se nombra a toda esa región.
Inevitablemente ligada a la figura del Che, su historia es la historia de la victoria de la Revolución Cubana. A finales de diciembre de 1958, el Che se dirigía desde la Sierra Maestra hasta La Habana. El entonces presidente, el General Fulgencio Batista, decidió enviar un tren blindado cargado de refuerzos hacia Santa Clara para frenar el avance del Ejercito Rebelde. Enterados de la situación, los rebeldes levantaron las vías e hicieron descarrilar el tren, un poco mas tarde se rendía la defensa de la ciudad. Doce horas después de la toma de Santa Clara, Batista huía del país y se instauraba el gobierno revolucionario.
En Santa Clara la visita obligada es al Mausoleo del Che, que se construyó en los años 80 como memorial, recordando la decisiva victoria del legendario guerrillero argentino - cubano. Los restos de Guevara fueron finalmente hallados en Bolivia en 1997, 30 años después de su muerte. Una vez trasladados a Cuba y confirmada su identidad, se decidió convertir el Memorial de Santa Clara en Mausoleo del Che y sus compañeros de la Guerrilla Boliviana.
Debajo de una espectacular estatua de José de Lázaro Bencomo (Delarra), con la famosa inscripción “Hasta la Victoria Siempre”, se halla un museo lleno de efectos personales del Che: ropa, cartas, diarios, fotografías… hasta las jeringuillas que usaba con sus compañeros de la guerrilla (no olvidemos que el Che Guevara era médico).
También se encuentra el Mausoleo propiamente dicho, donde reposan los restos del Che y sus compañeros de la guerrilla. Las caras de todos ellos están modeladas en arcilla sobre la pared.
Otro sitio de visita obligado es el monumento del Tren Blindado, descarrilado por los rebeldes y hoy convertido en museo. El conjunto se inauguró en 1971 e incluye varios vagones del tren y el bulldózer utilizado por los rebeldes para levantar las vías. En el interior de los vagones hay fotos, armas y otros efectos relacionados con la batalla.
Pero Santa Clara no es sólo el Che Guevara. De hecho, se trata de una ciudad con pasado colonial, siendo el Parque Vidal una de sus principales atracciones. El Parque Vidal es sin duda el punto de encuentro principal, a cualquier hora se ve gente de todas las edades paseando por esta plaza cuadrada rodeada de edificios coloniales y neoclásicos. En su centro, la llamada “Glorieta” sirve de escenario para conciertos y actuaciones. En este parque se encuentra una estatua en bronce, erigida en 1924, de Marta Abreu la gran benefactora de la ciudad.
No lejos de aquí se encuentra el Bulevar, calle peatonal rodeada de establecimientos comerciales. Al ser una ciudad mucho menos frecuentada por los turistas, es mucho más fácil “saborear” el auténtico espíritu cubano. Dar un paseo, mezclarse con la población local y disfrutar de las sorpresas que en Cuba aguardan en cada esquina, es una experiencia muy singular y aconsejable.
Inevitablemente ligada a la figura del Che, su historia es la historia de la victoria de la Revolución Cubana. A finales de diciembre de 1958, el Che se dirigía desde la Sierra Maestra hasta La Habana. El entonces presidente, el General Fulgencio Batista, decidió enviar un tren blindado cargado de refuerzos hacia Santa Clara para frenar el avance del Ejercito Rebelde. Enterados de la situación, los rebeldes levantaron las vías e hicieron descarrilar el tren, un poco mas tarde se rendía la defensa de la ciudad. Doce horas después de la toma de Santa Clara, Batista huía del país y se instauraba el gobierno revolucionario.
En Santa Clara la visita obligada es al Mausoleo del Che, que se construyó en los años 80 como memorial, recordando la decisiva victoria del legendario guerrillero argentino - cubano. Los restos de Guevara fueron finalmente hallados en Bolivia en 1997, 30 años después de su muerte. Una vez trasladados a Cuba y confirmada su identidad, se decidió convertir el Memorial de Santa Clara en Mausoleo del Che y sus compañeros de la Guerrilla Boliviana.
Debajo de una espectacular estatua de José de Lázaro Bencomo (Delarra), con la famosa inscripción “Hasta la Victoria Siempre”, se halla un museo lleno de efectos personales del Che: ropa, cartas, diarios, fotografías… hasta las jeringuillas que usaba con sus compañeros de la guerrilla (no olvidemos que el Che Guevara era médico).
También se encuentra el Mausoleo propiamente dicho, donde reposan los restos del Che y sus compañeros de la guerrilla. Las caras de todos ellos están modeladas en arcilla sobre la pared.
Otro sitio de visita obligado es el monumento del Tren Blindado, descarrilado por los rebeldes y hoy convertido en museo. El conjunto se inauguró en 1971 e incluye varios vagones del tren y el bulldózer utilizado por los rebeldes para levantar las vías. En el interior de los vagones hay fotos, armas y otros efectos relacionados con la batalla.
Pero Santa Clara no es sólo el Che Guevara. De hecho, se trata de una ciudad con pasado colonial, siendo el Parque Vidal una de sus principales atracciones. El Parque Vidal es sin duda el punto de encuentro principal, a cualquier hora se ve gente de todas las edades paseando por esta plaza cuadrada rodeada de edificios coloniales y neoclásicos. En su centro, la llamada “Glorieta” sirve de escenario para conciertos y actuaciones. En este parque se encuentra una estatua en bronce, erigida en 1924, de Marta Abreu la gran benefactora de la ciudad.
No lejos de aquí se encuentra el Bulevar, calle peatonal rodeada de establecimientos comerciales. Al ser una ciudad mucho menos frecuentada por los turistas, es mucho más fácil “saborear” el auténtico espíritu cubano. Dar un paseo, mezclarse con la población local y disfrutar de las sorpresas que en Cuba aguardan en cada esquina, es una experiencia muy singular y aconsejable.